Y, quizá, debieramos seguir la máxima de Sócrates citada por Cicerón:
Patria est ubicumque bene est
La patria está allí dondequiera que se esté bien.
Especialmente por la segunda parte. Obviando el toque cínico que empleó Cicerón en su cita, me quedo con el mensaje universal socrático. Séneca vuelve a hacerse con la idea (por eso muchos atribuyen a él esta cita), pero alejado del discurso del primero, más en la línea universal del pensador griego.
Entonces ¿por qué limitarnos? ¿por qué cercar nuestra identidad, nuestra singularidad en lugar de compartirla?